martes, 10 de febrero de 2009

Lecturas recomendables: La Cultura de los suburbios . Una energía positiva.


Este ensayo del sociólogo Marc Hatzfeld parte de los disturbios en Francia durante el año 2005 , para realizar un análisis de lo que sucede en la periferia o suburbios de las grandes ciudades (aunque salvando las escalas hay elementos que suceden en las ciudades medias). Es un texto interesante que define y describe el funcionamiento de los suburbios franceses, sus rasgos característicos y valora la contribución de la población de estos barrios tanto a la ciudad donde se localizan como a la civilización actual (entendida desde la perspectiva de la cultura occidental).

Marc Hatzfeld, en su último capítulo, hace una síntesis de la función crítica de esta población que se manifiesta de dos formas diferentes: por un lado a través de su propia actitud trasgresora, perfectamente identificada hoy en día en las formas artísticas (graffitis, tags, smurf, hip-hop, reggaeton, etc.) y, por ende, en la relación de sus autores con la ciudad como público y con la propia creación, que por lo general es de carácter efímero; y, también identificada por la manera de insertarse en la propia economía. Por otro lado, sigue el autor, esta población desarrolla un discurso de carácter crítico que supera las fronteras de los suburbios para convertirse en universal, opinando sobre los seres humanos, el sexo, el tiempo, la propia vida tal y como se va desarrollando.

Frente a estos valores, Marc Hatzfeld plantea que se debe evitar el actual discurso/acción/política basado en la protección caritativa y la caridad del estado, que son de carácter beneficioso a corto plazo pero a medio plazo favorecen la inercia, la abulia y la apatía, además de potenciar la segregación social. Y en cambio, propone (y aquí es donde está lo más interesante de su ensayo) una acción basada en los recursos y las capacidades de las personas (vamos… puro desarrollo local) y centra esta idea en cuatro pistas para la reflexión:

Construir a partir de “la ciudad”. Es decir, beneficiarse de la participación crítica de las personas que viven en la ciudad e inventar una urbanidad común entre la gente de los suburbios y la gente de otras partes. Reintroducir físicamente los barrios periféricos en el centro urbano.

Compartir la ciudadanía. En definitiva favorecer la participación de todxs, incluido los ciudadanos habitantes de los barrios (no pensar que es lo que ellos necesitan).

Blanquear el trabajo espontáneo. Planteando fórmulas para la rehabilitación de las empresas de carácter popular (talleres de coches, amas de casa reposteras, costureras, etc.).Evitar, o por lo menos amortiguar, la “visión administrativa de las organizaciones productivas (visión que hunde sus raíces en el derecho romano y la penalización de la vida económica) en detrimento del enfoque aventurero, libre y arriesgado que comporta la idea misma de lanzar una empresa”. Y por qué no, buscar fórmulas para potenciar el intercambio de bienes y servicios sin necesidad de transacciones monetarias.

Reconocer las culturas populares. ARTE popular además del arte convencional, en el lenguaje y su evolución. Me gusta mucho la reflexión de este pibe mexicano: [asko][LM16][e7erno awan7e]



Creo que es una buena lectura y, entendiendo que cada ciudad debe aprender de si misma, da cositas para la reflexión. Salu2


Referencia: Hatzfeld, Marc (2007): La cultura de los suburbios. Una energía Positiva. Ed. LAERTES. Pág 137

Imagen final de murocracia

1 comentario:

  1. http://cityroom.blogs.nytimes.com/2009/02/17/a-new-look-at-graffiti-writers-lives/#more-6639

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